Un negocio cruel, pero millonario

Considerada una de las actividades más lucrativas y poderosas en el mundo junto con el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas. También se estima que las mafias que trafican con drogas y armas a menudo están involucradas en el tráfico de animales y plantas, de ahí que sea altamente peligroso su combate.

Pantera onca

El tráfico ilegal de especies debe entenderse como un delito que involucra la extracción, transporte, comercialización y posesión de especies de flora y/o fauna silvestre, en contravención de las leyes y tratados nacionales e internacionales; pudiendo comprender ejemplares vivos, productos o subproductos derivados de estos.

Pero, ¿cuál es su origen?

Para hablar de motivaciones, inevitablemente debemos centrarnos en el pensamiento dominante que rige occidente: la visión antropocéntrica que ha considerado al ser humano como dueño de las demás especies, con poder y dominio sobre ellas para su placer y beneficio, lo que ha conllevado al problema de la tenencia de animales silvestres, práctica que se realiza desde el comienzo de los tiempos. En un principio, se dio con la caza de animales para utilizar sus pieles, lo que posteriormente fomentó la caza como espacio deportivo; más tarde, dado que a nivel mundial comenzó a verse esto como algo negativo, se optó por la no-caza de animales silvestres, reemplazándose por la tenencia de animales exóticos como si fueran animales de compañíapráctica que además muestra poder económico y status a los “dueños” -tutores- de estos.

Consecuentemente, el principal factor que detona el tráfico ilegal de vida silvestre es la demanda de mercado, la cual es promovida por grupos de consumidores impulsados por el estatus social asociado por el deseo de poseer “mascotas” exóticas, trofeos de caza y plantas y animales raros, así como la adquisición de subproductos o partes de sus cuerpos en forma de artículos de moda, artesanías, joyas o medicinas.

Los datos más relevantes de esta práctica pueden resumirse en lo siguiente:

 Es una de las mayores amenazas para las especies protegidas. Tigres, elefantes, rinocerontes y pangolines son los más vulnerables.

 Cazadores furtivos han llegado incluso a talar árboles en lugares protegidos para facilitar la caza.

 China es el consumidor más importante.

 No solo cobra vidas animales, sino también humanas: guardaparques han sido asesinados defendiendo elefantes, rinocerontes y otras especies contra los cazadores furtivos.

 En México, las especies más comercializadas ilegalmente son el perico cabeza amarilla, la guacamaya roja, la guacamaya verde, el tucán pecho amarillo, el mono araña, el mono aullador, la tarántula rodillas rojas, la iguana negra, la iguana verde, las víboras de cascabel y el halcón de Harris.

 Puede implicar un riesgo para la salud humana, ya que una serie de enfermedades emergentes provienen de productos animales.

La forma en que extraen a los animales de sus hábitats es otro tema perturbador.

Respecto a las aves, para capturar unos cuántos polluelos, el recolector tendrá que trepar a los árboles y en el proceso puede que se le caiga uno o varios polluelos, quitándoles la vida instantáneamente; asimismo, dependiendo del temperamento de la especie, es posible que se asesine a la madre si esta ataca. Ya en posesión del humano, muchos animales pueden morir de hambre o por no recibir el alimento apropiado. Si sobreviven, corren el riesgo de fallecer durante el transporte. A los loros suelen darles aguardiente para atontarlos y así tranquilizarlos, de tal manera que si la policía detiene el vehículo, el animal no pueda hacer ningún tipo de sonido; igualmente son metidos en tubos de PVC, con pequeños huecos que les permitan respirar, para luego confundirlos entre las ropas; las serpientes o culebras son metidas en medias y son enrolladas alrededor de la cintura o en las piernas; los primates también son sometidos a maltratos, pero gracias a su inteligencia su transporte es algo más complejo, a ellos los anestesian y los meten en cajitas angostas ocasionando la muerte a un 90% de los ejemplares (Carmona y Arango, 2011). Sin embargo, aunque sólo sobreviva un 30% o 50% de los animales traficados, esta actividad sigue resultando exitosa para quienes viven de su explotación, pues representa movimientos de dinero que, según la Naciones Unidas, rondan entre mil y 10 mil millones de dólares al año. Otras fuentes dan cifras más elevadas y escandalosas, rozando los 20 millones.

En ANIMAL HEROES estamos en contra de la posesión de animales silvestres, e invitamos a la población a no ser parte de estas prácticas. La participación ciudadana no solo radica en no formar parte de dicha cadena, sino también en el ejercicio de uno de los mecanismos de participación más importantela denuncia ante la PROFEPA. Además te invitamos a firmar nuestra campaña contra la venta de animales silvestres y exóticos, para usarlos como “mascotas”. Da clic aquí: Los Silvestres NO son Mascotas.